viernes, 28 de enero de 2011

Mis currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala)

Tengo una familia de currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala) que todos los años me hacen los nidos en el mismo lugar; el primero, en primavera o antes, en una sabina negra y suelen repetir al principio del verano en un seto de mirto. La sabina está frente a la ventana de mi cocina y al lado ha tenido un tronco en el que les pongo comida (nueces, cacahuetes…) en invierno.

«Fotografías realizadas en condiciones muy concretas, estas aves no están en peligro y, en este caso, son muy familiares y casi asilvestradas. Realizan el nido en una zona de paso, año tras año. Si no paso casi rozando el nido no puedo entrar en mi vivienda. No hubiera realizado las fotografías en otras circunstancias. He potenciado su sedentarismo con un jardín autóctono, que atrae insectos y dispone de bayas para el otoño-invierno. No uso ningún producto de abono (excepto compost generado de podas y restos vegetales), no se fumiga jamás.»



Me he permitido fotografiarlas porque he observado que no se asustan de mí, y siempre que salen ambos padres del nido. Las fotografié en breves segundos para no molestarles. A veces las oigo alarmadas y sé que hay un gato por los alrededores, cuando me acerco a la sabina (es sitio de paso junto a la puerta de casa) no se alarman y permanecen acurrucando a los pollos.

Este es el desarrollo de los pollos en el nido (hay dos nidadas de diferentes años):

Nido en una sabina negra


La puesta


Pollos con un día (fotos realizadas en un menos de un segundo para no molestar)


Con tres días


Con cinco días piden comida a todo lo que se aproxima y son algo inconscientes del peligro




Con siete días


Con nueve días ya son más precavidos y se acurrucan intentando pasar desapercibidos


Con diez días ya tienen muchas plumas




a los doce días aproximadamente abandonan el nido y ya corretean con sus padres.

Y estos son los padres, primero la hembra y luego el macho:











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